Solemos temer a aquello que no podemos controlar.
Al amor por ejemplo...
Solemos huir de lo que nos causa temor, de lo que no podemos controlar.
Solo porque algo dentro de nosotros nos dicta que eso puede hacernos muy felices, pero también muy desdichados.
Conozco a un montón de gente que pasa cerrojo a sus sentimientos porque le causan temor, incluso yo lo he hecho, las decepciones y los sinsabores tienen ese efecto, actúan como una llave, como una caja fuerte.
Pero hay sentimientos que ameritan ser vividos; no importa el final que estos vayan a tener, de hecho tal vez no tengan un final, bueno o malo, todo final tiene aprendizaje y aprender es vivir.
La vida nos ha enseñado a protegernos, pero...
¿Quien se quiere ir de esta vida sin haber vivido un gran amor?
¿Sin haber sido tan feliz como nunca imaginó?
Y eso solo se puede conseguir a través del amor por si mismo o por otra persona.
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