Y aquí estamos tu y yo, nuevamente reencontrándonos, como muchas veces, atentando contra las palabras que nos hemos dicho, contra las promesas de no vernos que nos hemos hecho.
Pero que importan las palabras y las promesas hechas si al fin de cuenta como una especie de imán, estamos destinados a atraernos, a reencontrarnos, a vernos, a querernos.
Para bien o para mal creo que mi vida siempre estará atada a la tuya y la tuya a la mía, como un lazo inquebrantable, como un tatuaje invisible, como un compromiso que he hecho.
Uno de estos días tendré que aceptar que tu eres mi destino.
Algún día tendré que aceptar que tu atentaras siempre contra mis "nunca mas", mis "hasta aquí", y mis "ya no mas".
Al fin y al cabo se que significo lo mismo para ti...
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